El calcio es un mineral fundamental en el desarrollo de una serie de sistemas del cuerpo humano, en todas las etapas de la vida. En la niñez, el calcio se convierte en una pieza esencial para la correcta formación y futuro funcionamiento del sistema nervioso y muscular, y de dientes y huesos. Puedes asegurarte que tu hijo esté obteniendo el calcio que necesita con una alimentación balanceada.
Los primeros 6 meses
La cantidad necesaria de calcio en esta etapa es de 200 miligramos al día. Si alimentas al bebé con leche materna, su requerimiento será completado sin problema. Si lo alimentas con leche de fórmula, el pediatra te guiará para controlar que reciba la cantidad de calcio a fin de garantizar su aporte diario en cada etapa, y podrás también guiarte por el etiquetado de la leche. Es importante recordar que los bebés prematuros generalmente necesitan más cantidad de calcio para complementar su desarrollo.
De 6 meses al año
La cantidad recomendada en esta edad es de 270 miligramos al día. Generalmente, el bebé aún estará alimentándose de leche materna o de leche de fórmula, por lo que su consumo de calcio será el óptimo. También es posible introducir el yogur una vez cumplidos los 10 meses de edad, que le ayudará con sus defensas y a alcanzar los niveles recomendables de calcio.
Un año de edad en adelante
Cuando tu pequeño haya cumplido un año, y hasta los tres años, se recomienda consumir mínimo 500 miligramos de calcio al día. En esta edad, el niño aún no puede acumular grandes reservas del mineral, por lo que es importante cumplir con a la ingesta recomendada todos los días. Puedes lograrlo alimentándolo diariamente con leche, yogur, queso o papillas. Recuerda que mucho del calcio diario también se puede obtener de vegetales como las espinacas, el brócoli, y otras verduras de hoja verde.
No solo hay que cubrir su consumo de calcio, sino que también se debe prestar atención a sus niveles de vitamina D para que el mineral pueda ser absorbido correctamente. Para ello, recuerda incluir huevos, pescado azul y queso en la dieta del niño, además de asegurarte de que reciba luz natural regularmente para que su cuerpo produzca vitamina D naturalmente.