En los primeros meses de vida será cuando el bebé coma con más frecuencia, aproximadamente cada tres horas. Puede que en alguna ocasión pase más tiempo entre los biberones o las tomas, y se salte una, ¿qué debes hacer?
No todos los bebés son iguales, por lo que es difícil estimar cuántas veces al día el bebé debe comer, pero lo usual es que pidan el biberón o el pecho entre seis a ocho veces al día. Solo tú podrás determinar cuál será el mejor ritmo para tu bebé y podrás quedarte tranquila si te aseguras que se queda satisfecho después de comer, continúa subiendo de peso de forma regular, y ensucia de cuatro a seis pañales al día.
Todo va bien, pero, qué pasa si el bebé se salta una de sus comidas? Si se trata de un caso aislado, y solo se han espaciado más las tomas, existen varias razones que puedes considerar. Puede que la última vez que le diste de lactar haya comido más de lo normal y se llenó bastante. No es algo por lo que preocuparse – apenas sienta el estómago vacío pedirá su comida como hace siempre. También es posible que esté estreñido o tenga un cólico, pero cuando su digestión se regule volverá a comer normalmente. Otra opción es que el bebé simplemente está cómodo y contento mientras duerme, por lo que puede despertarse más tarde de lo habitual. Como regla general, es recomendable que el tiempo entre tomas no sea de más de cuatro horas, así que si notas que sucede frecuentemente, será mejor consultar con tu pediatra.
Durante las primeras semanas después de nacer, es mejor que los bebés no se salten ninguna comida, puesto que deben recuperar el peso que suelen perder al adaptarse a la lactancia. A medida que pasen las semanas, y si no están bajos de peso, se empezarán a espaciar las comidas cada cuatro o cinco horas.
Por lo tanto, si te aseguras de que el bebé esté ganando el peso necesario durante las primeras semanas, y si tu pediatra te indica que todo está en orden, podrás mantener sus horarios por las noches desde más o menos las seis semanas de nacido.