Es habitual que en algún momento de la vida de tu bebé sufra de estreñimiento, es decir, que tenga dificultades para evacuar y se muestre molesto o irritable. Durante las primeras semanas de vida, el intestino del bebé todavía es inmaduro, y es posible que dé muestras de incomodidad, que tenga gases o los famosos cólicos, o mueva las piernas más de lo habitual porque siente molestias. Sin embargo, es necesario conocer cuáles son los síntomas del estreñimiento en bebés para saber cómo reaccionar y ponerle remedio lo antes posible.
Por un lado, debemos tener en cuenta que la frecuencia de deposición de cada bebé tiene un patrón variable por muchos factores, como por ejemplo el tipo de alimentación que sigue en ese momento o la cantidad de líquido que ingiera.
Si el bebé toma leche materna, la frecuencia de sus cacas puede ser muy variable, desde una deposición después de cada toma, hasta una vez a la semana. En este caso no hay motivo de preocupación siempre y cuando las heces sean blandas y no salgan de su aspecto habitual.
En cambio si el bebé toma leche de fórmula, tiene más posibilidades de tener estreñimiento debido a las diferencias de digestibilidad de las leches infantiles en comparación con la leche materna. Lo más habitual con la lactancia artificial es que el pequeño defeque más de dos veces al día o incluso esté un par de días sin evacuar. No hay motivo de alarma si las heces son blandas y el bebé no muestra incomodidad.
Si el bebé hace unas deposiciones duras, infrecuentes, muestra dolor o incomodidad o aparece alguna fisura, es necesario consultar con el pediatra para ver qué tratamiento seguir. En el caso de los bebés que toman fórmula infantil, es posible que un cambio en el tipo de leche sea suficiente, por ejemplo, utilizar una leche de fórmula especial que incorpora en su composición los mismos nutrientes presentes en la leche materna que favorecen unas heces suaves y fáciles de eliminar.
Por otro lado, la introducción de la alimentación sólida también modifica tanto el aspecto como la frecuencia de las heces. A medida que vayas introduciendo determinados tipos de alimentos, como el arroz, la zanahoria o el plátano, es posible que su ritmo intestinal se altere. Por ello lo ideal es mantener al pequeño hidratado, bien con leche materna o fórmula infantil, y también ofreciendo agua sobre todo en las épocas más calurosas. También ofrecer alimentos ricos en fibras como ciruelas, naranjas y verduras ayudarán a regular su tránsito intestinal. Con la alimentación complementaria las posibilidades dietéticas para tratar el estreñimiento infantil incrementan notablemente. Para ayudar a solucionar el estreñimiento ocasional, la papilla de cereales Blevit plus AE está elaborada con una mezcla de 8 cereales y enriquecida en fibra para ayudar a normalizar el tránsito intestinal de manera natural.
Además, existen algunos tipos de masajes que ayudan al bebé a mejorar los problemas de estreñimiento. A través de su barriga con movimientos circulares con una presión suave ayudaremos a estimular su movimiento intestinal.
Flexionar las piernas del pequeño sobre el abdomen, o realizar movimiento circulares con ellas ayuda también a que el bebé evacúe.
En ocasiones, el estreñimiento en niños puede deberse a un comportamiento o a estrés, por ejemplo, en la época de quitar el pañal o en un cambio de entorno como pueden ser las vacaciones.
Solamente en casos muy extraños, el estreñimiento viene provocado por problemas de salud más graves. Por este motivo es importante acudir al médico si el estreñimiento es agudo o crónico, para que pueda hacer un diagnóstico adecuado y así aplicar el tratamiento lo antes