No todos los padres tienen el privilegio de poder pasar los primeros meses con sus bebés, e independientemente de su situación, tarde o temprano tendrán que separarse de su pequeño para ir de compras, cumplir con las tareas diarias, o volver al trabajo. Es normal que el bebé se sienta molesto cuando lo dejas, pero poco a poco podrá superarlo.
Suele ser alrededor de los seis o siete meses de vida que los bebés pueden experimentar lo que se llama angustia por separación. A esta edad ya son capaces de distinguir entre las personas cercanas, y quiénes prefieren que le hagan gracias o les tomen en brazos, a diferencia de cuando son más pequeños que suelen quedarse con cualquier persona. Cuando las personas que el bebé considera más íntimas se alejan, se pondrá a llorar puesto que no tienen una noción del tiempo y no sabe si volverán. En su mente, todo lo que ya no puede ver ha desaparecido por completo.
Este sentimiento de angustia suele presentarse hasta los 3 años, pero puedes seguir ciertos consejos y trucos que te ayudarán a que tu pequeño sea más independiente y sociabilice de una forma saludable para su desarrollo.
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Los primeros que deben entrenarse para esta etapa son los padres: deberán ser fuertes y continuar con el plan cuando dejen a su niño llorando, para que se acostumbre poco a poco.
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No te preocupes demasiado si el niño lo pasa mal cuando te vas, si sabes que está bien cuidado, es una etapa que debe pasar y que formará su carácter. A medida que crezca, apreciará conocer personas nuevas y a descubrir las cosas solo.
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Puedes empezar dejándolo por periodos cortos de tiempo para que entienda que sus padres siempre regresan. Antes de irte, explícale que debes salir pero que vas a volver, que puede esperar tu regreso en un tiempo determinado. Es mejor no mentirle ni salir a escondidas – esto puede tener un efecto adverso.
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Será importante pasar tiempo con tu hijo y la persona que lo va a cuidar antes de dejarlo solo, para que se acostumbre y vea que sus padres están cómodos con ella. Procura que la persona sea paciente, afectuosa y comprensiva para que tu bebé se sienta amado y a gusto – mucho mejor si son familiares cercanos. Si lo vas a dejar en la guardería, puede que aún llore mucho, pero la transición será más fácil si ve que hay otros niños como él que se quedan sin sus papis.
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Cuando veas que empieza el berrinche, no aumentes aún más el caos. Despídete con una expresión alegre y calmada, dale un beso y vete rápidamente. Es mejor que no regreses una vez que estás fuera.
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No lo sobreprotejas, dale libertad para que explore la casa, que juegue y experimente solo. Si alimentas su confianza en sí mismo será un niño más independiente.
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Procura explicarle y mantener ciertos límites: debe entender que no puede estar pegado siempre a mamá o a papá, y que no puede tener la atención todo el tiempo, como cuando van al baño o mientras cocinan.