Has esperado durante muchas semanas y soñado cómo sería cuidar de tu bebé en casa. Aunque puede ser una tarea cansada y a veces frustrante, los primeros días con el recién nacido consistirán en encontrar su ritmo para alimentarlo, asearlo y dormirlo.
Tantos nuevos cuidados pueden crearte dudas o preocupación, en especial cuando se es padre por primera vez. Pero no desesperes – tomará un poco de tiempo aprender -, pero si sigues ciertas guías y precauciones básicas, no tendrás problemas y lo empezarás a disfrutar. Igualmente, recuerda que siempre puedes visitar o ponerte en contacto con tu pediatra para pedirle cualquier consejo o que te recomiende la mejor solución a cada problema.
Guía básica para el cuidado del recién nacido
El primer factor que regirá los días de tu bebé será su alimentación. Cuando eres madre primeriza, puedes guiarte por las indicaciones que te darán en el hospital o del pediatra para aprender a alimentar al recién nacido. Si ya tienes hijos, seguramente eres ya una experta en este tema. En ambos casos, la leche materna será el alimento más adecuado para proporcionar todos los nutrientes que tu bebé necesite.
Cuando vayas a dar de lactar al bebé, es mejor que te posiciones sentada, o como te sientas más cómoda. Acerca al bebé a tu pecho de modo que pueda ver la aureola con ambos ojos, y sujétalo por la espalda. No te preocupes si notas que su nariz se pega a tu pecho, si no lo aprietas demasiado, podrá respirar bien.
Cada bebé es distinto por lo que deberás alimentarlo según te lo pida, pero como mínimo cada hora y media, y máximo cada tres horas. Una vez terminada la toma, coloca un paño en tu hombro y posiciona al bebé erguido para sacarle los gases con palmaditas suaves.
Notarás que en los primeros días el bebé reduce su peso hasta alrededor de un 10%, pero esto no es nada por lo que alarmarse. Los primeros 3 o 4 días aún estará adaptándose a la lactancia, por lo que puede perder algo de peso, pero lo recuperará en las próximas semanas. Debes calcular que los bebés engordan alrededor de 150 gramos semanales, en promedio.
Otro aspecto a considerar serán las deposiciones después de cada toma. Es importante prestar atención a la consistencia del popó, que debe ser de color amarillento y grumoso, y la del pipí, que debe ser amarillo claro y darle un buen peso al pañal.
Cuando vayas a acostar al bebé, es mejor que lo coloques boca arriba o de lado, pero evita ponerlo boca abajo para que pueda moverse y darse la vuelta. Es común en esta etapa que sufran de reflujo o regurgitaciones, para lo cual es conveniente colocar una almohadita que levante la cabecita del bebé al dormir para que el alimento se mantenga dentro, y debe ir colocada debajo de la cabecera del colchón para evitar accidentes o molestias.
Cada bebé es un mundo distinto y tendrá costumbres distintas, pero es recomendable que lo hagas dormir en su cunita desde que nace. Durante el día, déjalo que tome sus siestas en un cuarto con luz natural y que escuche los ruidos normales, para así regular sus ciclos y que diferencie entre el día y la noche. Los padres pueden aprovechar los momentos en los que duerme el bebé para descansar también, sabemos que los primeros meses pueden dejarte exhausto.
La higiene de tu hijo
Practica la rutina de higiene del bebé todos los días, empezando con una esponjita húmeda con la que puedas limpiarlo por partes, o directamente en una pequeña bañera o lavatorio donde esté seguro. Presta atención a la temperatura del agua, templada entre 36 y 38 ºC, y a la temperatura del cuarto, que debe estar sobre los 22 ºC, ideal para recibir al bebé sin que le dé frío. Con el tiempo perderás el miedo de bañar a alguien tan pequeño y empezarás a disfrutar de este momento relajante y de conexión con tu hijo.
Un aspecto importante a tener en cuenta será limpiarle el ombligo antes y después de que se caiga el cordón umbilical. Empezarás limpiándolo unas 3 o 4 veces al día, humedeciendo una gasa estéril con clorhexidina y frotando suavemente con movimientos circulares alrededor del ombligo, para luego secarlo bien. Es recomendable dejar el ombligo al aire para que se seque más rápido, para lo cual conviene doblar el pañal si vemos que lo cubre. El ombligo solo estará en contacto con agua y jabón durante el baño de cada día, y deberás asegurarte de secarlo con cuidado. Los residuos del cordón umbilical se caerán entre los 5 y 15 días de nacido.
Las uñas del bebé son otro factor clave durante su higiene. Mantenlas cortas y limpias utilizando una tijera especial para recién nacidos, cortando las uñas de la mano redondeadas y las de los pies rectas, preferiblemente después del baño que están más blandas. De esta forma evitaremos que se rasguñe o que sean una forma de ingresar gérmenes perjudiciales cuando se chupan los dedos.