Nunca es fácil oír llorar a tu bebé y menos cuando le tienes que dejar porque te tienes que ir a trabajar o a otro sitio, pero es una fase por la que todos los pequeños pasan y es importante ayudarles a superarla.
La angustia por la separación comienza a partir de los siete u ocho meses y en esta época sólo querrán estar en brazos de gente conocida, familiares muy cercanos o sus padres. Al contrario de cuando eran bebés que sonreían a todo el mundo, en esta fase llorarán cada vez que no puedan estar en brazos familiares. Aun no conocen la noción del tiempo y cada vez que ven alejarse a su madre les entra angustia por si no vuelven a verla. Piensan que todo lo que no ven, ha desaparecido para siempre.
La etapa de la angustia por separación puede durar hasta los tres años pero con algunas recomendaciones y trucos podemos ayudar al bebé a sociabilizarse desde pequeño y dejar de sufrir tanto ante la separación de sus padres.
Los padres deben mostrarse firmes y ser fuertes para acostumbrar a su hijo muy escalonadamente a estar sin su presencia. Aunque le oigan llorar sin consuelo deben irse sin remordimientos una vez se hayan asegurado de que el bebé está en buenas manos.
No hay que agobiarse porque realmente es una etapa muy normal y todos los bebés pasan por ella. Poco a poco irá disfrutando con personas fuera del ámbito familiar y dejará de llorar.
Puedes empezar dejándole sólo durante periodos cortitos de tiempo, para que vaya percibiendo que los papás van a volver siempre. Hay siempre que despedirse de él y no irse a escondidas, explicar bien las circunstancias de la salida y no mentirle porque puede mostrar frustración y angustiarse durante la espera.
Lo ideal es compartir un día con la persona que le va a cuidar en la ausencia de los padres, así el bebé verá que es de confianza y se habituará al cuidador poco a poco. La persona que vaya a cuidar al bebé tiene que comportarse de manera muy cariñosa y comprensiva. También debe ser paciente para que el bebé no note nerviosismo. Si es un familiar cercano como los abuelos, será lo mejor. Cuando los bebés se quedan en la guardería, al estar rodeados de más niños, la angustia por separación puede darse en menor medida, aunque lo más probable es que los primeros días también llore sin consuelo.
No hay que tomarse muy a pecho el llanto, ni alargar el momento de la despedida. Hay que irse sin dramas, tranquilamente y trasmitiendo alegría. Despedirse con un besito y marcharse rápidamente sin echarse atrás.
Fomentar su autoconfianza dándole cierta libertad por ejemplo dejándole explorar la casa, y dejando que experimente y que pase solo algunos ratitos. La separación será menos dura si tiene confianza en sí mismo.
Debemos marcar también algunos límites. Y que comprenda que no siempre va a estar en brazos de papá y mamá… por ejemplo cuando estén cocinando o en el baño.