Los ojos y el sentido de la vista es una parte muy sensible y delicada de los recién nacidos. Así que desde que son bebés es recomendable aplicar unas rutinas de cuidado e higiene de los ojos.
La visión es uno de los sentidos más importantes para niños y adultos y desde que el recién nacido llega a casa hay que cuidar especialmente sus ojos. Las rutinas de limpieza deben aplicarse a diario, aunque el bebé no tenga problemas en la visión.
La vista se sigue desarrollando desde que somos bebés hasta los seis o siete años. La evolución durante los tres primeros años de vida es del cincuenta por ciento. Pero es cuando se cumplen los cinco años que la visión se asemeja a la de una persona mayor. Aquí está la razón fundamental por la que cuidar los ojos durante la infancia es tan importantísimo.
Reglas de limpieza
Nada más nacer, los bebés apenas pueden abrir los ojos, la hinchazón debida al trauma del parto hace que tengan los párpados casi unidos. Esto es normal y en pocos días toman su apariencia normal. Aunque en ocasiones a apertura de los ojos no es igual, no hay porqué alarmarse, salvo si persiste ésta asimetría tras los días de hinchazón. En los primeros meses y durante casi varios años, los niños secretan mucha mucosidad por los ojos, lo cual no significa que haya una infección. Es lo que conocemos como lagañas y es importante una correcta higiene de las mismas para evitar que haya infección en los ojos.
Si queremos conseguir una buena salud en los ojos de nuestros bebés, deberemos realizar una limpieza diaria con minuciosidad:
- Si la guagua despierta con los ojitos cerrados debido a la abundancia de lagañas secas, debemos humedecer los ojos con suero impregnado en gasas estériles. También se puede aplicar agua previamente hervida, una vez hayamos esperado a que se temple. El bebé con nuestra ayuda podrá abrir los ojos poquito a poco.
- Siempre se debe realizar la limpieza desde el lagrimal del ojo, hasta el rabillo para evitar arrastrar la suciedad adentro.
- Para cada ojo se utilizará una gasa distinta, para evitar contagiar posibles infecciones.
- Si te vas de viaje, puedes utilizar toallas individuales de higiene ocular, son algo más caras pero específicas para la higiene de los ojos y muy útiles si no estás en casa.
- Si la secreción que encuentras en los ojitos de tu bebé es amarillenta o tirando a verde y tiene los ojos rojos e hinchados, debes ir al pediatra, porque es posible que se trate de una leve infección o una conjuntivitis.
- En caso de que el bebé lagrimee porque le molesta mucho la luz, lo mejor es que realices una revisión en un oftalmólogo especialista en bebés.
¿Cómo estimular los ojos del bebé?
Junto con la higiene, el sentido de la vista debe ser estimulado para lograr una visión correcta.
- Exponer al bebé a la luz natural durante bastantes horas en invierno es importante para el desarrollo de la visión. Eso sí, si es verano, deberás evitar que le de la luz directa con una gorra o unas gafas de sol.
- Enseñarle diferentes objetos coloridos, con luces y diversas formas, hará que vaya mejorando su agudeza visual. Puedes mover los objetos para que el bebé practique el enfoque. Para esto puedes poner móviles en su cuna.
- Procura ir cambiando la cuna de lugar, así el niño no siempre verá lo mismo y su ángulo de visión le permitirá ver diversos panoramas.
- Utilizar una linterna con una luz tenue para que pueda seguir con la mirada sus movimientos.
- Cuando tenga la capacidad de coger cosas con las manitas, puedes hacer actividades con pelotas, y ayudarle a mejorar su coordinación mano-ojo.
- Tanto los recién nacidos, como los niños necesitan ir al oftalmólogo una vez al año para realizar visitas, aunque si sospechas que puede tener alguna dolencia, no debes dejar pasar ni un día.
- Es natural que cuando estén cansados puedan ponerse un poco bizcos, sucede hasta los 3 años.