El chupón ha sido muy utilizado en los últimos tiempos como una técnica para calmar al bebé, puesto que nacen con el reflejo de succión y los alivia entre cada biberón. Lo que no es conocido por todos es que el uso del chupón no es necesario, por lo que no debes preocuparte si tu hijo lo rechaza. Puede ser un instrumento útil cuando no deja de llorar o no se puede dormir, pero no es fundamental para lograr calmar al bebé.
La necesidad continua de succión que tienen los bebés, provoca que sea difícil consolarlos cuando no se les puede dar el pecho, o no es su hora de comer. Es además práctico para contribuir a que concilien el sueño, e incluso ha sido sugerido por algunos expertos como algo que puede reducir el riesgo de muerte súbita, aunque esto no se ha explicado ni comprobado científicamente aún.
Es importante recordar que no se debería dar el chupón al bebé antes de que cumpla un mes de nacido, puesto que puede interrumpir la adaptación a la lactancia. Adicionalmente, su uso no debería extenderse a más de los dos años, dado que afectará a la formación de los dientes.
¿Y si lo quiero usar, pero lo rechaza?
Muchos bebés están muy apegados al chupón y lo utilizan regularmente para calmarse. Sin embargo, hay otros bebés que rechazan totalmente el chupón, incluso produciéndoles arcadas, en especial los que aún están lactando a demanda.
El bebé escupe el chupón, o lo tira al suelo. Si no desea utilizarlo, es porque no lo necesita, y es mejor no insistir. Puedes probar a limitar el uso del chupón solo en momentos cruciales, como cuando no deja de llorar, a pesar de que has comprobado que no tenga hambre, sueño, frío o tenga el pañal sucio. No se lo ofrezcas todo el tiempo, solo cuando necesite tranquilizarse o para conciliar el sueño.
También puedes probar con diferentes tipos de chupones, puesto que los hay en distintos tamaños, formas y materiales que se adaptan a cada bebé. Si continúa rechazándolo es mejor encontrar otras formas de consolarlo, teniendo en cuenta que el chupón no le ayudará a desarrollar ninguna habilidad, su uso no es esencial. Prueba una canción de cuna, ponerle música relajante o de ruido blanco, o mecerlo suavemente.